Esa forma mágica que puede ayudar a tu empresa a garantizar la seguridad y control de la información, es el conocido almacenamiento en la nube.
¿Quieres más información al respecto? Aquí te mantenemos al tanto.
Como ya lo hemos escuchado y en ocasiones se nos ha vuelto tema de conversación, los documentos son la fuente motora de una organización de una compañía, dada la relevancia de la información y de los datos que se manejan en su interior; por lo anterior, es necesario implementar procesos que garanticen su conservación, seguridad y buen manejo. Uno de esos procesos y que sin duda ha traído consigo cientos de ventajas, es el almacenamiento en la famosa llamada nube, el cual funciona para custodiar información previamente digitalizada o documentos que hayan nacido como electrónicos.
Tal vez en algún punto de la historia de tu empresa, hayas escuchado el término a la hora de hablar de la ubicación de un documento, archivo, carpeta o dato, es más, es muy probable que hayas hecho uso de él sin darte cuenta, al recibir un documento alojado en Dropbox; por lo que tal vez no sea un término tan ajeno para ti ya que mucho lo hemos utilizado para el rendimiento y mejoramiento por tema de espacio y calidad de descarga.
En este orden de ideas, el almacenamiento en la nube termina siendo un concepto que se traduce como un almacenamiento en servidores externos, que son resguardados y gestionados desde un proveedor interconectado, que no representan un gasto de espacio en tus computadores y cuyos documentos pueden ser consultados desde cualquier parte del mundo.
El almacenamiento en la nube es un servicio de alojamiento de información, en servidores externos.
¡Presta mucha atención a lo siguiente! Esto es lo que te puede brindar almacenar en la nube
Existen en la actualidad tres tipos de almacenamiento:
Público: A esta opción puede acceder cualquier persona autorizada. Este almacenamiento es en la nube pública y es el que usualmente utilizamos de forma personal, como el ejemplo anteriormente mencionado. Las opciones son mayoritariamente gratuitas con un límite de GB en uso, por lo que, si requieres más capacidad, puedes contratar algún plan.
Privado: Este sistema está diseñado para cubrir las necesidades específicas de personas y empresas. Es el más utilizado por estas últimas, ya que les da la capacidad de control administrativo y operacional. A diferencia del anterior, el almacenamiento en la nube privada da al usuario características de administrador, por lo que puede tener mayor control sobre la información almacenada. Es la manera más segura de trabajar, dado de que el acceso es monitoreado, gestionado y controlado desde la misma empresa.
Híbrido: Este es una combinación entre la nube pública y la privada, lo cual permite personalizar las funciones según las necesidades del usuario. Así la información importante o delicada se almacena en la nube privada y lo menos importante en la nube pública. Esto hace que el almacenamiento hibrido pase a ser algo más que una fusión.
Como hemos visto hasta este punto, las opciones se pueden ajustar perfectamente a nuestras necesidades, pero ¿Qué tan confiable es este tipo de almacenamiento?
Si hay seguridad en el almacenamiento
El almacenamiento en la nube forma parte de la revolución tecnológica. Desde hace años ya hemos utilizado el correo electrónico, redes sociales y archivos de disco duro para el respaldo de nuestra información.
Dado que no necesitamos una infraestructura propia, el respaldo en la nube nos hace preguntarnos, ¿qué tan seguros estamos de que se filtren nuestros datos o los de nuestra empresa?, ya que básicamente guardamos nuestra información confiando en el proveedor del servicio. Enseguida veremos los puntos de seguridad que nos ofrece almacenar en la nube:
Los proveedores de la nube cuentan con los recursos financieros, físicos y con la experiencia para contrarrestar cualquier amenaza a la seguridad de los datos almacenados. Nos ofrecen tener nuestros datos custodiados y disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año. Nos otorgan la opción de niveles y diferentes tipos de acceso. Si utilizas el almacenamiento para tu empresa, tú decides quién puede acceder a qué información.
Gracias a esto, podemos saber quién accedió a los documentos y cuándo lo hizo. En el caso del uso personal, nos aconsejan y dan opciones de cómo crear contraseñas más seguras con el fin de evitar un hackeo.
Por último, es importante destacar que los hackers siempre atacan en primera instancia al almacenamiento tradicional, así que este es más vulnerable en comparación con la nube. Por más que tengamos el control de nuestra información, un servidor local en un computador empresarial no siempre ofrece seguridad contra los ciberataques.
Conocer la política de seguridad, planes de recuperación y obligaciones contractuales del proveedor de servicios de almacenamiento es imprescindible, así como el criterio de cumplimiento y los contactos para incidentes. También es responsabilidad nuestra estar informados en todo momento.
En sí:
El almacenamiento en la nube ha ido avanzando rápidamente y ha fortalecido sus protocolos para evitar ataques cibernéticos.
Cuenta con herramientas internas de seguridad y control.
Ofrece protocolos de administrador a los usuarios principales para que puedan administrar correctamente la información.
Ayuda a gestionar a los usuarios que pueden o no tener acceso a la misma.
Por lo anterior, si deseas optar por este sistema, debes tener en cuenta el tipo de proveedor a contactar, su reputación y calificación en el mercado, seguir al pie de la letra sus indicaciones de administración e implementar protocolos de acceso y consulta, con el fin de ayudar a tu empresa a ingresar al mundo competitivo y globalizado de hoy sin poner en riesgo tu información.
Como conclusión al presente articulo es muy importante evaluar las necesidades de tu empresa y que es lo mas beneficioso para ella, en el sentido que si cuentas con canales confiables de internet así como un correcto respaldo de almacenamiento ya que si bien su confiabilidad es 100% segura debes tener en cuenta que su utilización esta soportado en la fibra de internet que utilices.